Sempre és un luxe escoltar les reflexions del professor Josep Fontana, un home compromés com pocs amb la societat i la història. Avui, aprofitant la publicació del seu darrer i monumental treball (Por el bien del Imperio. Una historia del mundo desde 1945, Ed. Pasado y Presente) recuperem dues entrevistes que va concedir a TV3 on analitza el món actual i la crisi financera a través d’un discurs entenedor i allunyat dels dogmes socioeconòmics dominants en el discurs polític. Val la pena aturar-s’hi un moment i reflexionar.
Un nou moviment de bullanga, l’agost de 1835, va adreçar-se contra les autoritats militars ja que el general Bassa acudia en una actitud provocadora a castigar els barcelonins després de les primeres bullangues i emparant-se en el context de la Primera Guerra Carlina. Bassa va ser assassinat per un grup d’assaltants i llançat daltabaix del balcó sense que la milícia ni la tropa fessin res per evitar-lo. El cadàver va ser arrossegat i cremat posteriorment a costat de la destrucció de l’estàtua de Ferran VII i la crema de les casetes dels burots i de la fàbrica Bonaplata.
La crema del vapor Bonaplata va ser un acte de ludisme, un atac a la industrialització i mecanització, en un període en que la persistència de la guerra carlina creava dificultats de treball i ocupació. Aquest fet revelava que els burgesos no podien controlar les masses populars amb la facilitat que havien cregut quan van estimular la seva agitació o l’havien tolerada mentre les seves accions respectaven la seva propietat. La crema del Vapor faria néixer el temor a les masses descontrolades, apartaria els més tebis de l’acció revolucionària i donaria lloc a que l’autoritat actués sense contemplacions.
D’aquesta manera es relataven els fets que van culminar amb l’incendi de la fàbrica Bonaplata al diari liberal barceloní El Vapor de 10 d’agost de 1835:
La fuerza impotente de la facción carlista del Norte; los repetidos descalabros que nuestro valiente ejército sufrió en Navarra; el aumento escandaloso de la facción de Cataluña, y su insolente audacia; los asesinatos de los urbanos de Manresa, Camarasa, Reus y otras poblaciones; los continuos robos que diariamente estaban haciendo los facciosos a los ciudadanos más pacíficos y honrados, deteniéndolos en los caminos públicos o sacándolos de su casa para exigirles por su libertad cantidades que no podían pagar ni aun desposeyéndose de cuanto tenían; las quemas de las diligencias y de los coches que conducen la correspondencia pública; la obstrucción, por estos medios, del comercio exterior y consecuente paralización de la industria […] hechos eran que hacían penetrar en los espíritus de todas las personas interesadas en el nuevo orden de cosas aquella inquietud que precede ordinariamente las grandes crisis […].
Autorizado con este decreto venía el general Bassa a castigar de un modo ejemplar a los que hubiesen tomado parte en los acontecimientos de la noche del 25 al 26 de julio: la resistencia del Pueblo produjo la muerte del general gobernador.
En ambos días las propiedades de los particulares habían sido respetadas, y en medio del desorden reinaba cierto orden que honraba al pueblo barcelonés; pero por una de aquellas desgracias, inevitables en una población de 150.000 habitantes, un enemigo de las prosperidad pública logró sin duda seducir a algunos sugiriéndoles la idea de que la fábrica de vapor de Bonaplata, Vilaregut, Rull y compañía, perjudicaba al pobre jornalero, porque causaba la disminución en el precio de su jornal.
Con este engaño los seducidos, en vez de acudir a la Junta de Autoridades pidiendo leyes que mejorasen la suerte de las clases inferiores; que diesen una instrucción proporcionada a sus hijos para que con el tiempo pudiesen ser unos ciudadanos útiles, que disminuyesen los enormes derechos que pesan sobre la clase más pobre y más numerosa; que reformasen la ley de elecciones, para que los Procuradores pudiesen ser verdaderos representantes de la Nación española; que la elección de alcaldes y regidores, como que es un gobierno de familia, pudiese recaer en cualquier ciudadano que mereciese la confianza del pueblo sin necesidad de la autorización del Gobierno; que la policía dependiese exclusivamente del alcalde del pueblo, como autoridad central del Gobierno civil de la Provincia, a fin que la policía no pudiese ser convertida en un medio de opresión del hombre de bien, libertando al pueblo de las engorrosas y dispendiosas trabas con que hasta ahora se le ha mortificado: leyes que autorizasen a los individuos de una compañía de la Milicia ciudadana, protectora especial de los derechos del Pueblo, a nombrar sus oficiales y los capitanes de batallón, la plana mayor; que toda la Milicia de España estuviese organizada por batallones […]; que concediesen libertad de imprenta […], leyes en fin que declarasen nacionales los bienes del clero […].
En vez, repetimos, de ocuparse el Pueblo en pedir estas leyes que podían hacer su felicidad y establecer sólidamente un verdadero gobierno representativo, se detuvo en destruir los elementos de la riqueza nacional quemando la fábrica de Bonaplata y compañía. Con ello, los que lo hicieron, acreditaron las voces de que Barcelona estaba llena de anarquistas que sólo aspiraban a enriquecerse con el robo de la propiedad de los ciudadanos pacíficos […]. Dieron con su ejemplo motivo a otros desórdenes y son responsables de los castigos que algunos desgraciados sufran: desmintieron a los que habían prometido que el pueblo no cometería ningún exceso de este género: privaron al Pueblo inocente y desgraciado de sus mejores defensores que de ordinario son filósofos, que al paso que intentan hacer restituir al pueblo los derechos que le competen, son enemigos del robo y del asesinato: finalmente, fueron ingratos con los jefes de aquella fábrica que en aquel mismo día los habían conducido al combate.
Y cuando todas las naciones de Europa recompensan con munificencia a los inventores de un descubrimiento que acelere los motores de las máquinas de vapor para dar mayor vigor a la industria; cuando por medio de caminos de hierro se conducen por el vapor con extraordinaria rapidez, facilidad y baratura de las primeras materias, los géneros de consumo y los artefactos; cuando por el vapor llegamos con velocidad y tiempo determinado a las regiones más distantes; cuando sin el vapor seremos siempre y necesariamente tributarios de la industria extranjera porque nunca podremos rivalizar ni competir con ella; cuando por carecer España de aguas no pueden abrirse canales; y sin el vapor no puede haber caminos de hierro que nos transporten los granos de que abundan otras provincias para comer el pan barato […] ¿no es un enemigo del Pueblo el que induce a quemar las máquinas de vapor? ¿Podremos nunca sin el vapor fabricar las muselinas, holandas y otras manufacturas que tenemos ahora que comprar al extranjero, y en qué se emplearían los brazos del jornalero español? […].
Pero el mal está hecho: de lo que debe tratarse ahora es de repararlo. La política y la justicia lo exigen. Lo primero, para que se vea que cuando en un trastorno político se causa un mal, se repara; lo segundo, porque si no nos engañamos: y en efecto los gobernantes, siguiendo un sistema erróneo, dieron lugar al estallido popular de resultas del cual se quemó la fábrica, es justo y muy justo que la Nación indemnice a los propietarios de los perjuicios sufridos, toda vez que por carecer de una ley de responsabilidad no pueden los propietarios reclamar la responsabilidad de los agentes del poder.
Si nuestro dictamen debiese prevalecer, la Junta de Autoridades autorizaría a la de Comercio para que abriese una suscripción voluntaria y recaudase las sumas que entregasen para la indemnización: la Junta de Autoridades pediría la Reina Gobernadora el terreno de uno de los conventos derruidos de esta ciudad para que vendiéndolo se aplicase su producto a la indemnización entregando lo restante, si lo hubiese, al Ayuntamiento para el equipo de los que se alistasen ahora a la Milicia Urbana y no tuviesen facultades para costearse el uniforme.
La intervenció francesa de 1823 per mandat de la Santa Aliança va donar pas a l’últim període del regnat de Ferran VII amb la segona restauració de l’absolutisme, l’anomenada Dècada Ominosa (1823-1833), en la qual va produir-se el col·lapse definitiu del sistema de l’Antic Règim a Espanya.
Manifiesto Regio de Ferran VII (1 d’octubre de 1823)
Ferran VII
Bien públicos y notorios fueron a todos mis vasallos los escandalosos sucesos que precedieron, acompañaron y siguieron el establecimiento de la democrática Constitución de Cádiz en el mes de marzo de 1820; la más criminal traición, la más vergonzosa cobardía, el desacato más horrendo a mi real persona, y la violencia más inevitable, fueron los elementos empleados para variar esencialmente el gobierno paternal de mis reinos en un código democrático, origen fecundo de desastres y desgracias […].
Sentado ya otra vez en el trono de San Fernando por la mano sabia y justa del Omnipotente, por las generosas resoluciones de mis poderosos aliados y por los denodados esfuerzos de mi primo, el duque de Angulema y su valiente ejército, deseando proveer el remedio a las más urgentes necesidades de mis pueblos, y manifestar a todo el mundo mi verdadera libertad he venido en decretar lo siguiente:
1º. Son nulos y de ningún valor los actos del gobierno llamado constitucional (de cualquier clase y condición que sean) que ha dominado a mis pueblos […], declarando, como declaro, que en toda esta época he carecido de libertad; obligado a sancionar las leyes y a expedir las órdenes, decretos y reglamentos que contra mi voluntad se meditaban y se expedían en el mismo gobierno.
2°. Apruebo todo cuanto se ha decretado por la Junta Provisional de gobierno y por la Regencia del Reino […].
En uns dies en els quals els mitjans de comunicació ens expliquen el projecte franco-alemany de refundar la Unió Europea, el projecte “Merkozy” segons l’expressió que ha fet fortuna per definir l’Europa en crisi dels nostres dies, m’ha semblat oportú recuperar el debat que van protagonitzar els professors José Enrique Ruiz Domènec, María Jesús Cava Mesa, Xiana Barros, Olavi K. Fält, Cristina Blanco i Rafael García Pérez ara farà un any en el IV Congrés Internacional de “Historia a debate”. La necessitat de conèixer i formular una història d’Europa, el pessimisme davant de la UE, els processos d’integració europea, el paper polític de la UE… un debat imprescindible per entendre una mica millor les coses que estan passant aquests dies.
Alemanya 1945, després del suïcidi de Hitler, el III Reich cau davant el setge de les tropes aliades. El final de la Segona Guerra Mundial comporta la divisió del país en quatre zones d’influència controlades pels Estats Units, Gran Bretanya, França i la Unió Soviètica. Igualment, la capital alemanya, Berlín, alliberada i ocupada per les tropes soviètiques de Stalin, també es reparteix segons aquests paràmetres. Així, els occidentals es quedaven amb el sector oest i l’est restava en mans de la URSS.
Les diferències entre els aliats aviat sortirien a la llum: l’aliança entre el capitalisme i el comunisme només responia a la conjuntura de la lluita contra l’enemic comú feixista i la Guerra Freda estava en plena gènesi. D’aquesta manera, el primer escenari d’enfrontament entre els dos blocs va tenir lloc a l’Alemanya de postguerra en el moment en què Stalin va implantar el comunisme a la seva zona d’influència mentre desmantellava la indústria i les infraestructures en concepte de reparacions de guerra.
El 1948, els tres aliats occidentals van decidir unificar els seus territoris i crear la República Federal d’Alemanya (RFA), una democràcia parlamentària de caràcter liberal. Immediatament, les tres zones occidentals de Berlín van reunificar-se. Com a resposta a aquesta violació dels acords de Jalta i Potsdam, el juny de 1948, la URSS va ordenar el bloqueig terrestre de la ciutat de Berlín, ubicada a la zona soviètica. Així, es va ordenar el tancament de fronteres i es va aïllar el sector occidental de la ciutat impedint que hi arribessin subministraments. Els Estats Units van respondre amb la creació d’un pont aeri, que es prolongaria durant un any, per poder abastar la seva part de la ciutat.
Finalment, el maig de 1949, davant la inutilitat de la mesura Stalin aixecaria el bloqueig, però la crisi es cobraria la partició formal d’Alemanya: mentre el bloc occidental s’articulava al voltant de la RFA, a la zona soviètica va néixer la República Democràtica d’Alemanya (RDA), una més de les repúbliques que pivotaven sota el control de la URSS. Tanmateix, les dues alemanyes consideraven que aquesta era una situació excepcional i provisional. La RFA no reconeixia la seva veïna oriental i aspirava a la reunificació del país, mentre que la RDA no descartava la unificació sempre que els occidentals acceptessin el camí del comunisme.
Però aviat es demostraria que la provisionalitat de la situació no era tal. El fet que entre els anys 1952 i 1961 marxessin de la República Democràtica d’Alemanya, sota la influència de la URSS, més de dos milions de persones en direcció a la República Federal d’Alemanya, sota la influència occidental, fonamentalment per l’atracció exercida per l’existència d’un millor nivell de vida i pel rebuig a l’anomenat “socialisme real”, els problemes d’abastaments, de subsistències i l’Estat policial repressiu articulat pels soviètics, va fer que les autoritats de la RDA pressionessin Kruixtxov per aturar la sagnia demogràfica i econòmica.
Es calcula que dels 2.700.000 alemanys que van travessar la frontera occidental, 1.600.000 van fer-ho a través de la ciutat de Berlín. D’aquesta manera, la posició que ocupava la ciutat de Berlín, al mig de l’Alemanya oriental, suposava l’existència d’un punt on el contacte entre ambdós blocs extremadament fràgil. Per això, les autoritats comunistes van prendre una sèrie de mesures per fer menys atractiu el món capitalista que s’obria davant els ulls dels berlinesos orientals: tall de les línies telefòniques, supressió de la comunicació ferroviària i legislació contra els emigrants amb la introducció del càrrec de “fugitiu de la República”.
El 1958, en el context de la coexistència pacífica, la Unió Soviètica va exigir als aliats occidentals que Berlín oest deixés de ser una ciutat lliure desmilitaritzada. Això hauria suposat que els accessos a Berlín passessin a estar sota el control del govern de la RDA, una acció que, de fet, suposava el reconeixement de la RDA i la perpetuació de la divisió alemanya. La crisi política internacional va prolongar-se durant tres anys fins que, malgrat la previsible reacció negativa dels governs occidentals, la nit del 12 al 13 d’agost de 1961, les autoritats orientals, sota la vigilància de l’exèrcit, van aixecar un mur de ciment que separava la ciutat de Berlín en dos sectors incomunicats: havia nascut l’anomenat Mur de Berlín.
La justificació dels soviètics era la creació d’un mur que protegís la RDA d’un atac feixista, és a dir, occidental, però la realitat era que l’únic objectiu real buscava aturar els moviments migratoris. La resposta occidental a la divisió efectiva de la ciutat de Berlín, encapçalada pels Estats Units, no va anar més enllà de la condemna verbal i la realització de maniobres militars com a acte de força. Però van ser suficients per escalfar la política de blocs fins a límits mai vistos amb anterioritat. Tot i això, Kennedy no estava disposat a anar a la guerra per la defensa del territori alemany oriental i Kruixtxov tampoc tenia intencions de desafiar en una guerra oberta en territori europeu als EUA.
El “mur de la vergonya” segons els occidentals o “mur de protecció antifeixista” segons els orientals, seria un dels símbols més coneguts de la Guerra Freda. El mateix Kennedy, en una visita a Berlín, el 1963, va pronunciar un celebèrrim discurs on va sentenciar que “tots els homes lliures del món són ciutadans de Berlín”. Així, la propaganda d’ambdós blocs va fer del mur un element de batalla.
Tot i la construcció del mur, els alemanys de l’est van continuar buscant vies per escapar cap a l’oest tot i els grans riscos que això suposava. La primera víctima mortal va ser Ida Siekmann, el 22 d’agost de 1961, tot i que es considera que aquest dubtós honor recau en Rudolf Urban, el qual va perdre la vida el 17 de setembre després de caure precipitat per una finestra de la Bernauer Strasse, el carrer que era travessat pel mur, el 19 d’agost de 1961. Pocs dies després, un altre fugitiu era abatut a trets per l’exèrcit soviètic quan intentava creuar nedant el riu Spree, riu que separava les dues meitats de Berlín. La llarga llista de víctimes no havia fet més que començar.
Amb el pas dels anys i gràcies al reforçament del mur, la frontera interurbana que travessava Berlín va esdevenir un element pràcticament infranquejable: a un mur de formigó de 3,5 metres s’hi sumaven infinitat d’obstacles com alarmes electròniques, punxes de ferro semienterrades a terra, sorra per delatar el pas de qualsevol presumpte fugitiu… les autoritats soviètiques de la RDA van posar tota la seva energia en evitar noves fugides mentre prometien que les reformes introduïdes permetrien superar aviat la RFA en benestar i prosperitat.
Només un any després de la construcció del mur, a l’Alemanya federal van esclatar violentes manifestacions de protesta contra el règim comunista. Famílies senceres s’havien vist separades pel mur sense que els seus ideals polítics hi haguessin tingut res a veure, només la geografia dibuixada sobre un mapa en les negociacions de la pau. Poc després, però, s’iniciaria un tímid desglaç. Així, les autoritats germàniques de l’est i l’oest van arribar a un pacte pel qual els berlinesos podrien creuar el mur per motius familiars com naixements, bodes i defuncions. Posteriorment, el canceller Willy Brandt, de la RFA, va signar un tractat amb els soviètics en el qual es reconeixien les fronteres europees i s’establia una acord que havia de garantir la pau.
Willy Brandt
La caiguda del mur no es produiria fins a les acaballes dels anys vuitanta, com a conseqüència de l’evolució política de la Unió Soviètica. El president soviètic Mikhaïl Gorbatxov va impulsar la Perestroika, un procés de canvis profunds en l’organització política i social del sistema soviètic que canviaria el món. L’aperturisme de la URSS respecte de la qüestió alemanya va prendre forma quan, durant una visita a la RFA, Gorbatxov va anunciar que Moscou no posaria traves a la democratització de les repúbliques populars.
En aquest context de superació de la Guerra Freda, el fet que l’exèrcit soviètic ja no estigués disposat a defensar militarment l’existència del mur per arriscar-se a una guerra no desitjada indicava que la divisió alemanya tenia els dies comptats. Tot i això, el 1989, el president de la RDA, Eric Honecker, encara declarava que l’existència del mur es perllongaria per molts anys. Els fets, però, van impulsar la població en un sentit oposat als desitjos del president oriental: coincidint amb el seu quarantè aniversari, milers de persones van manifestar-se contra el govern exigint la implantació de les llibertats democràtiques.
Finalment, el 9 de novembre de 1989, les autoritats de l’Alemanya oriental van haver de cedir i permetre la llibertat de desplaçaments cap a l’Alemanya occidental. El mur de Berlín havia caigut simbòlicament. Però la seva existència física no duraria més: milers de persones van dirigir-se cap a Berlín oest per celebrar la conquesta de les llibertats mentre els seus compatriotes occidentals els rebien amb els braços oberts. Conjuntament van iniciar la demolició de la frontera de pedra que havia trencat el país durant quaranta anys. Tanmateix, els treballs oficials per a la demolició del mur no s’iniciarien fins el 1990. La seva desaparició simbolitzava el final de la divisió d’Europa, el final de la Guerra Freda i l’inici de la reunificació d’Alemanya.
Giuseppe Mazzini (Gènova, 1805-Pisa, 1872) va ser un polític i filòsof italià. Influenciat pel romanticisme, va esdevenir uns dels principals pensadors de la unificació italiana, així com un dels més destacats teòrics dels moviments europeus democràtics i republicans. Interessat des de molt jove per l’evolució política espanyola, ja que va mantenir contacte amb els revolucionaris liberals tant de l’exili com de l’interior del país, el 1829, a París, va escriure la seva obra De l’Espagne en 1829 considérée par rapport à la France, on exposava la seva visió, entre d’altres qüestions, sobre els fets del Trienni Liberal:
Giuseppe Mazzini
Al fin triunfa el genio protector de España, y la revolución de la isla de León viene a coronar de éxito merecido los esfuerzos de los verdaderos españoles. Esta revolución, efectuada en poco tiempo por el concurso del pueblo y de las tropas, sin la menor efusión de sangre, sin que se lance un insulto contra la persona real, quedará como monumento imperecedero de la virtud española y de la unanimidad que reinaba en los corazones en favor de la libertad. Entonces Fernando [VII] por del decreto de 7 de marzo de 1820 promulgó su adhesión a la Carta española [la Constitució de 1812]; entonces juró voluntaria y solemnemente mantenerla como ley del Estado porque, decía, en su decreto, se ha pronunciado la voluntad del pueblo.
Entonces el pueblo español ofreció el espectáculo de una gran familia, reunida a sus jefes por el amor y la confianza. Las potencias europeas conservaron sus embajadores en Madrid, y reconocieron así la legitimidad del nuevo gobierno. Todo parecía garantizar un largo futuro de felicidad y, sin embargo, el despotismo conspiraba en la sombra, se urdían tramas, y los miserables establecían en el seno de la capital la sede de sus cobardes maquinaciones. El pueblo español, a quien la mala fe de la administración pública y las traiciones del jefe del poder ejecutivo, daban el derecho de proveer a su seguridad por todos los medios posibles; el pueblo español, siempre grande, siempre magnánimo, ahogaba el grito de venganza que legitimaban los lamentos de tantas víctimas, y se limitaba a deshacer los complots por una actitud enérgica y marcial.
El pueblo español hacía más: defendía, con las armas en la mano, el Palacio Real, contra el furor del populacho indignado. Fueron los mismos hombres que Fernando envió a la muerte unos años después, los que le garantizaron de todo ultraje en la jornada del 7 de julio de 1822. ¡Jornada que será siempre memorable! En este día los españoles han justificado la reputación de lealtad, que les acompañó siempre a través de los siglos y que permitió a sus Reyes dormir sin guardia en el palacio hasta fines del siglo XVII.
Sobre este día reposa la completa justificación de la Revolución española, porque se vio entonces el espectáculo único de un pueblo armado para la defensa de los mismos que le traicionaban. Se vio a los simples ciudadanos acudir para asegurar la vida de quien les había sacrificado a su desmesurada ambición, aquel que más tarde les castigaría con la muerte. La virtud española brilló ese día sin mancha: mostró al mundo asombrado lo que puede la libertad, lo que puede la generosidad en un pueblo a quien la opresión no había dejado otro patrimonio que el furor. Ah, ¡Los que calumnian la Revolución de 1820 deben comenzar por borrar el recuerdo de esta jornada de los fastos de la historia de los corazones justos y virtuosos!
Com a conseqüència de la repressió contra els liberals i, especialment, per l’existència d’un important nucli liberal en el si de l’exèrcit espanyol, a més de la ineficàcia mostrada pels successius ministres de Ferran VII davant la crisi econòmica i d’Hisenda que patia el país, l’1 de gener de 1820 el coronel Rafael del Riego, cap de les forces que havien de sufocar les sublevacions americanes i constitucionalista convençut, es va aixecar a Cabezas de San Juan en un pronunciamiento contra Ferran VII i va recórrer Andalusia proclamant la Constitució de 1812.
La rebel·lió de les tropes va ser el resultat de la suma de factors provocats per la crisi del país i el fracàs de l’Estat absolutista, però el propi Riego pensava que la sublevació havia fracassat quan només li quedaven uns 50 homes desmoralitzats i cansats després del seu recorregut per Andalusia proclamant la Constitució i va dissoldre la partida. Sense que ell ho sabés, aquesta vegada el pronunciament havia tingut resposta i La Corunya, Múrcia, Saragossa, Tarragona, Pamplona, Barcelona i Cadis van anar sumant-se a la insurrecció. Finalment, a Madrid van esclatar una sèrie d’aldarulls als carrers que va precipitar l’èxit del pronunciament.
La passivitat de l’exèrcit, l’acció dels liberals a les principals ciutats espanyoles i la neutralitat dels pagesos van obligar Ferran VII a acceptar la Constitució el 10 de març. El triomf del pronunciamiento va suposar l’aplicació de la Constitució de Cadis, fet que va comportar la formació d’un nou govern que va proclamar una amnistia que va permetre el retorn dels liberals i la convocatòria de Corts. La constitució havia estat imposada al monarca en un exercici de sobirania nacional i el règim liberal s’havia imposat sense gaire violència, el que suposaria un model revolucionari per a la resta d’Europa.
Manifiesto Regio de Ferran VII (10 de març de 1820)
Cuando vuestros heróicos esfuerzos lograron poner término al cautiverio en que me retuvo la mas inaudita perfidia, todo cuanto ví y escuché, apenas pisè el suelo patrio, se reunió para persuadirme que la Nacion deseaba ver resucitada su anterior forma de Gobierno; y esta persuasion me debiò decidir á conformarme con lo que parecia ser el voto casi general de un pueblo magnánimo que, triunfador del enemigo extrangero, temia los males aun mas horribles de la intestina discordia.
No se me ocultaba sin embargo que el progreso rápido de la civilizacion europea, la difusion universal de luces hasta entre las clases menos elevadas, la mas frecuente comunicacion entre los diferentes paises del globo, los asombrosos acaecimientos reservados á la generacion actual, habian suscitado ideas y deseos desconocidos á nuestros mayores, resultando nuevas é imperiosas necesidades; ni tampoco dejaba de conocer que era indispensable amoldar á tales elementos las instituciones políticas, á fin de obtener aquella conveniente armonía entre los hombres y las leyes, en que estriba la estabilidad y el reposo de las sociedades.
Pero mientras Yo meditaba maduramente con la solicitud propia de mi paternal corazon las variaciones de nuestro régimen fundamental, que parecian mas adaptables al caracter nacional y al estado presente de las diversas porciones de la Monarquía española, así como mas análogas á la organizacion de los pueblos ilustrados, me habeis hecho entender vuestro anhelo de que se restableciese aquella Constitucion que entre el estruendo de armas hostiles fue promulgada en Cádiz el año de 1812, al propio tiempo que con asombro del mundo combatiais por la libertad de la patria. He oido vuestros votos, y cual tierno Padre he condescendido á lo que mis hijos reputan conducente á su felicidad. He jurado esa Constitucion, por la cual suspirábais, y seré siempre su mas firme apoyo. Ya he tomado las medidas oportunas para la pronta convocacion de las Cortes. En ellas, reunido á vuestros Representantes, me gozaré de concurrir á la grande obra de la prosperidad nacional.
Españoles: vuestra gloria es la única que mi corazón ambiciona. Mi alma no apetece sino veros en torno de mi Trono unidos, pacíficos y dichosos. Confiad, pues, en vuestro Rey, que os habla con la efusion sincera que le inspiran las circunstancias en que os hallais, y el sentimiento íntimo de los altos deberes que le impuso la Providencia. Vuestra ventura desde hoy en adelante dependerá en gran parte de vosotros mismos. Guardaos de dejaros seducir por falaces apariencias de un bien ideal, que frecuentemente impiden alcanzar el bien efectivo. Evitad la exaltacion de pasiones, que suele transformar en enemigos á los que solo deben ser hermanos, acordes en afectos como lo son en religion, idioma y costumbres. Repeled las pérfidas insinuaciones, halagueñamente disfrazadas, de vuestros emulos. Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional; y mostrando á la Europa un modelo de sabiduría, orden y perfecta moderacion en una crisis que en otras naciones ha sido acompañada de lágrimas y desgracias, hagamos admirar y reverenciar el nombre Español, al mismo tiempo que labramos para siglos nuestra felicidad y nuestra gloria.
Com a conseqüència de la política absolutista de Ferran VII i de la crisi econòmica que va afectar Espanya en la postguerra, l’oposició liberal es va anar enfortint. Així, a les ciutats van créixer les societats secretes i maçòniques, i, a més, la integració dels caps de la guerrilla a l’exèrcit va originar un sector liberal, partidari de reformes, que protagonitzaria un gran nombre de pronunciamientos militars, mètode que en el futur jugaria un paper fonamental a l’hora de forçar canvis de governs a Espanya.
D’aquesta manera, bona part de l’agitació arribava principalment des de les files d’un exèrcit que es trobava equipat de forma deficitària, era pagat de forma irregular i patia de macrocefàlia. La Guerra de la Independència havia suposat l’inici d’un procés que va fomentar la intervenció dels militars a la vida política, convertint-los en un factor dominant de la vida pública. Els pronunciaments liberals proclamaven la Constitució de 1812 pels hereus de la guerrilla influïts per una forta càrrega utòpica insurreccional que associava la Constitució de Cadis amb la llibertat.
Manifest de la Junta Provincial de Galícia, presidida pel mariscal de camp Juan Díaz Porlier, dirigit a la Nació espanyola (21 de setembre de 1815)
Juan Díaz Porlier
Obligados por la necesidad, viendo que la verdad no puede llegar a oídos del Rey, sitiado a toda costa por sus consejeros, a menos que ésta se le presente de una manera a propósito para hacerla respetar, hemos tomado la resolución terrible, pero indispensable, de reclamar con las armas en la mano lo que se ha negado a nuestras solicitudes.
Nuestro objeto es el de España entera: una monarquía sometida a leyes justas y sabias, y constituida de una manera que sea una garantía, lo mismo de las prerrogativas del trono que de los derechos de la nación. Pedimos la convocación de Cortes nombradas por el pueblo, y que estas tengan la capacidad de hacer en la Constitución proclamada por las Cortes extraordinarias, los cambios que exige nuestra situación, que aconseja la experiencia, que nos indiquen las leyes constitucionales de las otras monarquías.
Las Cortes restablecerán el orden en nuestra Hacienda, cuidarán de la suerte de nuestros soldados, recompensarán sus servicios, les asegurarán la existencia para la vejez, y harán en adelante la nación sea respetada y estimada.
Renunciando la nobleza a una insignificante parte de sus privilegios, encontrará la indemnización del sacrificio en las nuevas disposiciones constitucionales que le darán existencia política. Todas las clases de la sociedad verán mejorar su situación: los párrocos, cuya influencia puede ser tan útil, obtendrán sueldo más elevado; el agricultor, el artesano, el comerciante y el industrial gozarán de nuevo de las ventajas que habían empezado a sacar de los cambios hechos en su favor por las Cortes; y gracias a una sabia administración de los fondos públicos, los acreedores del Estado podrán esperar ser indemnizados de los adelantos que tienen hechos y de las pérdidas que han sufrido, ya por sacrificios patrióticos, ya por desconfianza en las promesas del gobierno.
¡Españoles! Tales son nuestros deseos; tales serán sin duda los de las Cortes cuando estén reunidas. Para alcanzar tan sagrado objeto, Galicia invita a sus hermanas a reunirse a ella. Igual invitación ofrecemos a los intrépidos defensores de la patria, a los dignos oficiales, a los ilustres generales, en una palabra, a los españoles de todas las clases.
Firmes en nuestra resolución, no dejaremos las armas (si nos vemos obligados a recurrir a ellas) antes de obtener lo que pedimos; y tan dispuestos estamos a estrechar entre nuestros brazos a todo español que se aliste bajo el estandarte nacional, como a ser implacables para con los que, enemigos a un tiempo de su patria y de su rey, prefieran abandonar a éste en manos de sus viles consejeros, a apartarle de su influencia y ponerle delante de los ojos sus pérfidas intenciones.
Nuestra conducta servirá de modelo a la de nuestros adversarios. Respetaremos la propiedad, y la libertad individual será santa para nosotros. Pero ¡desgraciados aquellos que, abusando del augusto nombre del Rey, se permitirán contra quien quiera que sea el insulto o la persecución! Responderán con sus cabezas, y en su defecto, la responsabilidad caerá sobre los que se crean susceptibles de ser tomados en rehenes.
Estamos seguros de la justicia de nuestra causa, y el mundo verá que España, que ha sabido desplegar tanto valor guerrero para el sostén de su independencia contra el extranjero, está dispuesta a mostrar igual energía para proteger en el interior sus derechos y libertades.
Aquests dies corren amb força per Internet les referències a un article de L’Estel de Mallorca de 1997 en les quals el Dr. Franz-Berndt Speicher (prestigiós professor de la Universitat d’Hamburg del qual cercant informació sobre la seva obra a Internet sospitosament només he trobat referències que em retornaven al citat article) dóna una breu explicació sobre el que alguns amics de les conspiracions han anomenat “Pla Àfrica” o “solució final catalana”, és a dir, el pla de Franco per exterminar tots els catalans. Si, heu llegit bé, TOTS els catalans, no només els rojos-separatistes.
Aquesta és l’explicació del professor:
[…] En les memòries d’un oficial alemany de la “Luftwaffe” que va anar voluntari a la “Legió Condor” –la divisió aèria nazi que lluitava a les ordres d’en Franco– deia que la regió més bombardejada i en la que es va atacar més població civil durant tota la guerra, fou Catalunya. També, la ciutat més castigada pels bombardejos fou Barcelona on al contrari de Madrid i altres poblacions espanyoles s’ordenaven llançaments indiscriminats de bombes incendiàries.
En un altre estudi he llegit que el dictador Franco, va reservar el gruix moro de la seva tropa africana per a la invasió de Catalunya, conscient que el seu comportament entre la població civil seria el més inhumà i despietat possible. Per molts és sabut que l’infame general es va sentir molt contrariat quan va saber que Barcelona cauria sense gaire resistència, ja que ell volia tenir un bon pretext per arrasar la capital catalana.
Si el III Reich hagués guanyat la Segona Guerra Mundial, ja s’havia disposat la deportació de població d’origen català –independentment de la seva ideologia– cap a camps de concentració al nord d’Àfrica, i el posterior repoblament de la terra catalana amb gent vinguda d’altres terres d’Espanya. Com que el destí bèl·lic va impossibilitar complir amb la primera part del projecte genocida dels franquistes, no es va dubtar posteriorment de provocar l’allau migratori bestial que va patir Catalunya durant la dictadura, amb el fi de des-cohesionar la nació catalana […].
Magnífica, per cert, la reacció del periodista el qual, davant aquesta revelació historiogràfica colossal, ni s’immuta i a continuació li pregunta per l’estat de les autonomies…
La teoria és molt atractiva, no cal dir-ho: els jueus d’Espanya, els catalans, serien exterminats per acabar definitivament amb el denominat problema català seguint el model alemany de l’Holocaust. Hi ha una certa Catalunya, petita però molt sorollosa, aquella que veu conspiradors castellans amagats darrera de cada cantonada, aquella que considera que els catalans van descobrir Amèrica amb l’objectiu d’assentar-hi la nova Catalunya, que Cervantes era català i el Quijote és una mala traducció de la nostra llengua, que Leonardo Da Vinci era un català que deuria inspirar-se en alguna pubilla per a pintar la Gioconda… i que la censura de la Inquisició va amagar la realitat, que gaudeix amb aquesta possibilitat.
Primer de tot cal dir que la repressió franquista sí que va tenir components propis de l’extermini, però d’unes idees polítiques: les dels republicans, les esquerres i el nacionalisme. Així, la construcció de l’Estat franquista durant la Guerra Civil va estar acompanyada d’una violència extrema que formava part de les directrius fixades pels dirigents de la insurrecció i que va comportar l’eliminació física dels vençuts en els territoris ocupats militarment per les forces rebels. Donat el caràcter totalitari del franquisme, la repressió va esdevenir una necessitat política per a mantenir i consolidar el seu projecte dictatorial. No hi havia cap interès en integrar els vençuts. La intenció era imposar un clima de terror que impedís qualsevol intent de contestació un cop aconseguida la victòria militar.
Ara bé, d’aquí a parlar de l’extermini total de la població catalana hi ha un tram difícil de pair per a qualsevol estudiós del període franquista. Per dos motius: primer, perquè Franco va comptar amb suports a Catalunya des del primer moment, donant lloc no a una guerra de Catalunya contra a Espanya com alguns voldrien vendre, sinó a una guerra caïnita entre catalans, per això molts catalans van creuar la frontera republicana per unir-se al front nacional; i segon, perquè la reunió entre Franco i Hitler a Hendaia, en la qual s’hauria discutit aquest petit Holocaust català, va celebrar-se el 23 d’octubre de 1940, i la solució final nazi va gestar-se a la tardor de 1941 i va posar-se en pràctica de forma generalitzada en els camps d’extermini des de 1942.
És a dir, Franco era un visionari que va veure que el confinament dels jueus en camps de concentració per a realitzar treballs forçats conduiria a la solució final que Hitler aplicaria un any després, abans que el propi Führer l’ordenés. A més, el fet que entre 50.000 i 60.000 catalans, sovint famílies senceres, s’unissin a les forces insurrectes contra la República a Burgos i ajudessin al finançament de la rebel·lió no era suficient per salvar-se. Sort que, segons diuen, Hitler va negar-se i, a més, va perdre la guerra perquè sinó avui no estaríem aquí. Tampoc sé explicar perquè el personal polític de les diputacions i els ajuntaments franquistes va ser majoritàriament d’origen català… Un misteri.
I aquí arriba la tercera fal·làcia. La més greu sota el meu punt de vista. Segons el doctor Speicher, com que Franco no va poder exterminar físicament els catalans va recórrer al vell truc: la immigració! L’allau d’immigrants peninsulars que va arribar a la Catalunya de la postguerra no fugia de la misèria i la repressió… venien a colonitzar el país! Per això deu ser que aquests nouvinguts van patir la repressió del règim que els va tancar al Pavelló de Missions de Montjuic si els enxampava arribant “sense papers” a Barcelona i els que van poder escapar van viure en coves i barraques en una situació infrahumana durant els anys cinquanta. Això simplement és racisme a la catalana, però explicat per un senyor alemany.
Fem-nos un favor entre tots i deixem de manipular la història, perquè explicar aquestes coses sense proves només serveix per crear ressentiments. Podem especular el que vulguem amb la reunió de Hitler i Franco a Hendaia ja que, sortosament, el Führer va sortir d’allà esgarrifat del que el Caudillo exigia a Alemanya per incorporar-se a la guerra i va considerar que l’ajuda espanyola seria una nosa per la seva causa, però no juguem amb la immigració. Aquests immigrants i els seus fills no van venir a exercir com a exèrcit de conquesta de Catalunya per ordre de ningú. Van arribar a terres catalanes cercant un futur millor del que tindrien a casa seva, ja fos per condicions polítiques i econòmiques, i van haver de lluitar per fer-se un lloc en la societat catalana partint des de la misèria més absoluta. El règim no va potenciar aquestes migracions, sinó que va mirar de frenar-les perquè per exercir la repressió li interessava fixar la població.
Fugim de l’etnicisme i del racisme. La Catalunya del futur l’hem de construir entre tots. I serà mestissa i plural o no serà.
Un cop derrotat Napoleó, a Espanya es plantejava el problema de la integració de Ferran VII en el nou ordre constitucional nascut a les Corts de Cadis. El monarca havia abandonat el país com a rei absolut i hi retornava, després del Tractat de Valençay, en el marc d’una monarquia constitucional, fet que feia desconfiar els liberals que acceptés el nou ordre. Així, els diputats van disposar que Ferran VII viatgés directament a Madrid per jurar la Constitució i aquest, temorós d’enfrontar-se amb els que durant sis anys havien resistit l’invasor francès, va acatar les condicions. Però els absolutistes, fonamentalment la noblesa i el clergat, sabien que amb el retorn del monarca disposaven de la seva millor oportunitat per a desfer-se de tot allò que s’havia fet a Cadis i precipitar el retorn cap a l’Antic Règim.
Ferran VII
Els absolutistes, per primer cop, es veien obligats a justificar i legitimar enfront dels liberals el règim que ells defensaven. Així, aquests sectors reaccionaris, tron i altar, van organitzar-se ràpidament contra el liberalisme per a demanar el retorn de l’absolutisme a través del Manifest dels Perses d’abril de 1814 (seixanta nou signats conservadors demanaven a Ferran VII que suspengués la Constitució i anul·lés les lleis promulgades per les Corts) i van mobilitzar el poble perquè, a través de la creació del mite de “Fernando el Deseado”, mostrés la seva adhesió incondicional al monarca. D’aquesta manera, l’arribada de Ferran VII va aixecar un gran entusiasme entre una població, que havia lluitat més per l’expulsió dels francesos i per l’alliberament del seu rei que per una Constitució que ni coneixia ni podia entendre. Des del poble, la monarquia es veia com un ens no qüestionable.
Manifest dels Perses de 12 d’abril de 1814
La monarquía absoluta […] es una obra de la razón y de la inteligencia: está subordinada a la ley divina, a la justicia y a las reglas fundamentales del Estado: fue establecida por derecho de conquista o por la sumisión voluntaria de los primeros hombres que eligieron sus Reyes. Así que el Soberano absoluto no tiene facultad de usar sin razón de su autoridad […]: por esto ha sido necesario que el poder Soberano fuese absoluto, para prescribir a los súbditos todo lo que mira al interés común, y obligar a la obediencia a los que se niegan a ella. Pero los que, declaman contra el Gobierno monárquico, confunden el poder absoluto con el arbitrario; sin reflexionar que no hay Estado […], donde en el constitutivo de la Soberanía no se halle un poder absoluto. La única diferencia que hay entre el poder de un Rey y el de una República es que aquel puede ser limitado y el de esta no puede serlo: llamándose absoluto en razón de la fuerza con que pueda ejecutar la ley que constituye el interés de las sociedades civiles. En un gobierno absoluto las personas son libres, la propiedad de los bienes es tan legítima e inviolable, que subsiste aun contra el mismo Soberano que aprueba el ser compelido ante los tribunales, y que su mismo Consejo decida sobre las pretensiones que tienen contra él sus vasallos. El Soberano no puede disponer de la vida de sus súbditos, sino conformarse con el orden de justicia establecido en su Estado. Hay entre el Príncipe y el Pueblo ciertas convenciones que se renuevan con juramento en la consagración de cada Rey: hay leyes, y cuanto se hace contra sus disposiciones es nulo en derecho. Póngase al lado de esta definición la antigua Constitución Española, y medítese la injusticia que se le hace […].
El que debemos pedir, trasladando al papel nuestro voto, y el de nuestras Provincias, es con arreglo a las leyes, fueros, usos y costumbres de España. Ojalá no hubiera materia harto cumplida para que V. M. repita al Reino el decreto que dictó en Bayona y manifieste […] la necesidad de remediar lo actuado en Cádiz, que a este fin se proceda a celebrar Cortes con la solemnidad, y en la forma que se celebraron las antiguas; que entre tanto se mantenga ilesa la Constitución española observada por tantos siglos, y las leyes y fueros que a su virtud se acordaron: que se suspendan los efectos de la Constitución y decretos dictados en Cádiz, y que las nuevas Cortes tomen en consideración su nulidad, su injusticia y sus inconvenientes que también tomen en consideración las resoluciones dictadas en España desde las últimas Cortes hechas en libertad, y lo hecho contra lo dispuesto en ellas, remediando los defectos cometidos por el despotismo ministerial, y dando tono a cuanto interesa a la recta administración de justicia; al arreglo igual de las contribuciones de los vasallos, a la justa libertad y seguridad de sus personas, y a todo lo que es preciso para el mejor orden de una monarquía.
En aquest context, Ferran VII, convençut de la feblesa del sector liberal, va trair les seves promeses inicials i, per mitjà del Reial Decret de 4 de maig de 1814, va abolir la Constitució de 1812 i les lleis elaborades a Cadis per iniciar la restauració de l’absolutisme. Així, van eliminar-se pràcticament totes les reformes impulsades per les Corts durant la guerra i va restablir-se la vella organització administrativa. L’Església va recuperar les seves prerrogatives i les ordres religioses la seva legalitat, els jesuïtes van poder retornar al país i la Inquisició va rebre els seus vells drets. La llibertat d’indústria quedava abolida i els gremis restablerts.
Reial Decret de 4 de maig de 1814
Dado que la divina Providencia por medio de la renuncia espontánea y solemne de mi augusto padre me puso en el trono de mis mayores […] y desde aquel fausto día en que entré en la capital, en medio de las sinceras demostraciones de amor y lealtad con que el pueblo de Madrid salió a recibirme, imponiendo esta manifestación de su amor a mi real persona a las huestes francesas […]; desde aquel día, pues, puse en mi real ánimo para responder a tan leales sentimientos y satisfacer a las grandes obligaciones en que está un Rey con sus pueblos, dedicar todo mi tiempo al desempeño de tan augustas funciones, y a reparar los males a que pudo dar ocasión la perniciosa influencia de un valido durante el reinado anterior […].
Pero la dura situación de las cosas y la perfidia de Buonaparte, de cuyos crueles efectos quise, pasando por Bayona, preservar a mi pueblo, apenas dieron lugar a más. Reunida allí la real familia, se cometió en toda ella, y señaladamente en mi persona, un atroz atentado […]; y violado, en lo más alto el sagrado derecho de gentes, fui privado de mi libertad y de hecho del gobierno de mis reinos […].
Por tanto, habiendo oído lo que ecuánimemente me han informado personas respetables por su celo y conocimientos y lo que acerca de cuanto aquí se contiene se me ha expuesto en representaciones que de varias partes del reino se me han dirigido […] declaro que mi real ánimo es no solamente no jurar ni acceder a dicha Constitución ni a decreto alguno de las cortes generales y extraordinarias, y de las ordinarias actualmente abiertas […] sino a declarar aquella constitución y tales decretos nulos y de ningún valor y efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesen pasado jamás tales actos, y se quitasen de en medio del tiempo, y sin obligación en mis pueblos y súbditos, de cualquiera clase y condición, a cumplirlos ni guardarlos […].
L’AUTOR
Vicente Moreno Cullell (Barcelona, 1981) és llicenciat en Història per la Universitat Autònoma de Barcelona. Professor d’educació secundària, és membre del Centre d’Estudis sobre les Èpoques Franquista i Democràtica (CEFID-UAB).
Ciències Socials en Xarxa és un espai de divulgació que intenta apropar d’una manera didàctica el món de la història de les civilitzacions, la cultura i l’art a tots els lectors. Un blog que busca explicar la nostra història, com a catalans i com a ciutadans del món. Perquè saber qui som, d’on venim i quin és el nostre passat és bàsic en una societat canviant com la que hem de viure.
Per contactar, podeu deixar un comentari al blog o enviar un e-mail a socialsenxarxa@gmail.com. Qualsevol aportació, per part de tots els visitants, serà benvinguda.